jueves, 12 de septiembre de 2013

Los sueños se hacen realidad: Mi primera clase de reemplazo


De nuevo retomo este blog que ya había cerrado, pero es que no puedo evitarlo y platicar con ustedes una nueva experiencia que me sucedió hace una semana.

Este blog lo inicié como un propósito del nuevo año 2012. Mi propósito fue hacer por 30 días consecutivos, Zumba. El tiempo pasó y me convertí en instructora. Esto en el mes de octubre. En diciembre tomé mi segundo curso para dar clases de Zumba a niños y adolescentes. Mi sueño se cumplió cuando en enero del 2013, abrí mis dos cursos de Zumba: Zumbafitness y Zumbatomic, conocido este último con el nombre de Zumbakids. Los creadores de Zumba le han cambiado el nombre.

¡Con mi instructor y una alegre  y bella
zumbera!Yo soy la de la izquierda


Todos los miércoles del calendario escolar de Basilea, Suiza, tengo el privilegio de ser instructora de Zumba. He tenido mucha participación de mis vecinas y amigas. La mayoría, viven en la colonia, algunas vienen de otros rumbos. Pero esto no impide que nos reunamos a hacer lo que a todas nos gusta: la Zumba. ¿Y qué puedo decir de los pequeños? Zumbakids me ha dado enormes satisfacciones. Ver bailar a los pequeños europeos a ritmno de cumbia, regetón y otros ritmos latinos e internacionales, ha sido uno de las recompensas más grandes en esta nueva carrera que empecé.

Hace una semana, mi instructor del gimnasio al que voy en Basilea, me llamó por teléfono para preguntarme si podía sustituirlo. El tenía enferma a una de sus hijas y no le era posible dar su clase de los jueves. Inmediatamente le dije que sí. Estaba un poco nerviosa porque hasta ahora sólo había dado mis cursos en el Aula de la WBS St. Alban en Basilea.

Llegué temprano al gimnasio y la encargada de los cursos estaba dando también un curso de reemplazo. Ee mostró el equipo de sonido. El lugar ya lo conocía, porque aquí tomo mis clases de Zumba los lunes y jueves. El salón se llenó por los asistentes de la clase de Zumba, como es habitual.

Y empecé.  Estaba nerviosa, pero traté de compartir con los asistentes ese amor por la música. Por suerte no tuve ningún contratiempo y bailamos las coreografías que había bailado el miércoles.  En verdad, ese fue uno de los mejores días de mi vida.

Al terminar la clase, la encargada del gimnasio me otorgó el pago de honorarios y le di los folletos de mis clases. Le dije que me gustaría mucho volver a dar sustituciones. Estaré feliz de que esta experiencia se repita.

Espero pronto platicarles nuevas experiencias en este mundo de la Zumba. De nuevo puedo agradecer a Beto Pérez, y a todos sus colaboradores por dejarnos participar en este universo de la Zumba.  Por lo pronto, estoy preparando un Zumbaton. Una clase de dos horas para reunir fondos a beneficio de una asociación. Esto será en diciembre. Pronto les daré más detalles.

Gracias por leerme y me despido al estilo Zumba: ¡feliz de haber dado una clase a un nuevo público. ¡Qué viva el mundo de la Zumba!